No sé si habéis oído hablar de los intraemprendedores, personas con las mismas cualidades que los emprendedores pero que desarrollan proyectos con el apoyo de la empresa para la que trabajan. Se trata de trabajadores por cuenta ajena, con alta dosis de pasión y creatividad, que bajo el paraguas de una empresa desarrollan su talento.
Estas personas son muy importantes para la organización, porque sus valores son necesarios para crear un nuevo futuro y los principios que los guían son difíciles de conseguir:
- Haces lo que se debe hacer: coraje. Conoces las reglas del juego del cambio y los riesgos que implica, pero quieres una organización mejor, no te conformas con lo que se te pide, haces lo que se debe.
- Gestionas el statu quo. Impulsas el cambio entendiendo el poder de tu organización y su miedo, das razones y resultados, buscas entre ellos algunos como aliados y lees sus reglas no escritas.
- No importa dónde estés ni qué posición ocupes. No te importa el tipo de organización, el sector, ni tu posición actual; todas las organizaciones necesitan agentes de cambio, te necesitan a ti.
- Para un intraemprendedor el error y el fracaso son infinitamente mejores que la inacción. La regla que nunca olvidas es que el éxito se consigue después del fracaso, muchas veces de otros, quizás del tuyo.
- Eres un experto en disminuir fracasos. Gestionar el cambio es tu disciplina, te formas y aprendes cada día, el cambio es la materia prima de tu trabajo.
- No trabajas en solitario, tejes red. Sabes que liderar a otros, que dar poder a los que tienen talento y utilizar la influencia son las claves del éxito. Tu fuerza es la fuerza de tu liderazgo, no de tu posición.
- Un pequeño resultado tiene más valor que mil palabras. Tienes la maestría de conseguir y mostrar resultados, pues es el lenguaje que entiende la organización y sabes que la visión y las ideas son insuficientes.
- Piensas a largo plazo, pero eres un maestro de la ejecución. Haces, piensas, pero actúas; imaginas pero implantas, no buscas el diseño perfecto, buscas “lo hecho” y mejorarlo continuamente hasta el agotamiento.
- Corres más que nadie, aunque te quedes sin fuerzas. La velocidad es tu obsesión, ir más rápido que el mercado, más rápido que lo que te piden tus clientes o tus jefes.
- Sitúas el cambio en la gestión de personas. No ignoras a las personas en el proceso de cambio, pues sabes que ellas ignorarán el cambio: comunicas y emocionas.
- Frente a la incertidumbre y lo inseguro, un intraemprendedor creas mapas. Acerca el futuro, hace una planificación que dibuja el cambio, crea mapas pero sabe cambiarlos cada día sin perder credibilidad.
- La generosidad y la lucha prevalecen. Das a tu organización aquello que necesita e impulsas el cambio aun cuando nadie te siga, aun cuando tu voz sea única; aunque te sientas solo, perseveras.
- Creas esperanza. Sabes que el virus empresarial más letal y más rápido en extenderse es el miedo al cambio y la resistencia a la innovación, y el único antídoto es crear necesidad de cambio y esperanza.
- El cambio es lo más importante de tu vida. No hay suicidio profesional más dulce y cruel que la estabilidad. Formarte y evolucionar profesionalmente implica cambiar y mejorar lo que haces.
- Preocúpate por tu organización, aunque ésta no se preocupe por ti. Sé amable con la gente que ha sido cruel contigo, haz mejor la organización que no siempre te da soporte, no esperes nada o te puedes quemar y dejarás de ser un intraemprendedor.
Fuente: Virginio Gallardo (@virginiog)